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Subir las Defensas



La inmunología (nuestro sistema de defensa) depende básicamente de cinco factores:
• PH sanguíneo
• Alimentación
• Limpieza del medio interior
• Presencia de radicales libres
• Estado de ánimo

PH SANGUÍNEO

El pH sanguíneo y el estado del medio interior (medio extracelular o terreno), están estrechamente relacionados con nuestra forma de alimentarnos. Así, una dieta rica en proteínas de origen animal va a producir un pH ácido (7,35-7) y va a dejar muchos restos del metabolismo celular. Resumiendo mucho, el terreno se constituye por lo que comemos y nuestra tendencia constitucional. Así, una persona de constitución sanguínea tenderá a padecer afecciones de la sangre y de la circulación, mientras que una persona biliosa tenderá a padecer afecciones del hígado y de la vesícula biliar, así como desórdenes digestivos. Son terrenos diferentes, por lo que manifestarán síntomas diferentes. A nivel de estado de ánimo, el sanguíneo se pondrá enrojecido (por vergüenza, por malestar,...) y el bilioso se enfadará de forma brusca e intensa. Uno mueve más sangre (afecciones cardiovasculares), el otro más bilis (afecciones digestivas y migrañas); en ambos casos se reacciona desde la incapacidad del organismo para autorregularse. El pH ácido junto a nuestras predisposiciones mórbidas es el que va a generar un terreno propicio para virus, bacterias y hongos. Tratar el terreno como causa es una buena idea; algo así decía Pasteur, y antes Hipócrates.

En el caso de los virus, se instauran con más comodidad en un pH ácido. Así que en cuanto sientas malestar corporal, cansancio, dolor corporal, moqueo líquido, etc., que son los síntomas iniciales de un enfriamiento o de una gripe, tómate un buen vaso de agua con bicarbonato; esta acción alcalinizará tu pH (7,45-7,8) y evitará un terreno propicio para los virus. Para alcalinizar el organismo (una de las bases fundamentales para la evolución espiritual), puedes encontrar en los herbolarios, reguladores del pH que aportan al organismo elementos álcalis. Este factor del pH ácido lo tendremos también presente en todos los procesos inflamatorios (a más acidez más tiempo dura la inflamación), así como en los procesos artríticos y reumáticos, afecciones propias de un terreno acidificado.

ALIMENTACIÓN

Nos alimentamos por lo que comemos (somos lo que comemos), por lo que respiramos (tenemos más o menos energía en base a nuestra forma de respirar y a la calidad del aire que respiramos) y por nuestras relaciones con la vida y los demás. Por tanto, hay que cuidar tanto la alimentación como la respiración, y algo de lo que se habla poco, pero creo que es fundamental: la forma en la que nos relacionamos con la vida y con los demás. El problema de la humanidad son los humanos, y el problema de los humanos es la falta de humanidad.

Retira de la dieta o reduce los alimentos de origen animal, principalmente el cerdo y sus derivados, carne de ternera, de pollo de granjas, pan blanco, lácteos y derivados, así como todo lo que contenga azúcar blanca, e incrementa alimentos naturales, a ser posible biológicos y que no sean transgénicos, alimentos ricos en álcalis, que se obtienen principalmente de las verduras y hortalizas; éstas, además de aportar clorofila y fibra, ayudarán a pasar el pH de ácido a alcalino.

Alcalinizan el buen vino, té Bancha, frutas maduras, plátano, castañas, almendras (en ambos casos crudas), verduras verdes, patatas, maíz, mijo, zanahorias, algas,... Combinar correctamente los alimentos también ayuda a que el pH se mantenga tendente a lo alcalino.

Te recomiendo tomar durante el proceso de alcalinización y/o mientras tengas una virasis (una infección), un puré con calabaza, habichuelas, puerro, apio, acelgas, cebolla, nabo, zanahorias, col. Al servir el puré, añadirle una cucharada de zumo de limón al gusto. También se le puede añadir un puñado de alga arame cocida (opcional).

LIMPIEZA INTERIOR

Los ácidos, al igual que los virus, se eliminan principalmente por orina y por el sudor. Para este punto es fundamental estar regulando el pH y corregir la alimentación previamente. Beber agua mineral es importante, ya que renueva nuestra agua interior (entre 70-80% de nuestro cuerpo). Las infusiones de té Bancha nos ayudan en el proceso de alcalinización y además, al provocar más eliminación por orina, facilitan la eliminación del proceso infeccioso.

Cuando nuestra alimentación es tóxica (esté o no contaminada), se debe a que deja un exceso de restos de toxinas en nuestro organismo. Si nuestro sistema de autorregulación no está bloqueado, éste tiende por sí mismo a eliminar estas impurezas, propias tanto del metabolismo como de la alimentación en sí. Los medios de eliminación son los riñones (orina -ácido úrico-), el intestino grueso (heces), la piel (sudor, granos) y los pulmones (dióxido de carbono). En toda alteración transitoria de salud (ATS) hay que asegurar las vías fisiológicas de eliminación, para que nuestro medio interior esté limpio, ya que si está recargado de toxinas, facilitará la supervivencia de virus, bacterias y hongos. La alimentación es la mejor forma de ayudar a eliminar y de no sobrecargar este medio. Podemos ayudar a eliminar toxinas del organismo con tres plantas: diente de león, malva y borraja. Reduciendo la toxemia extracelular y corrigiendo el pH corregimos el terreno. Ayuda respirar profundamente y ensalivar mucho la boca (predominio del vago).

Los antibióticos, los analgésicos y los calmantes derivados del ácido acetilsalicílico (principio activo obtenido del sauce) producen un efecto bloqueador del sistema de regulación propio de nuestro organismo; si además le añadimos una vacuna, el efecto es sicótico, esto es, anula la capacidad de homeostasis, incapacitándonos para enfrentarnos ante cualquier agente patógeno. Un medicamento no cura, no trata la causa, inhibe los síntomas que produce nuestro organismo para liberarse de las toxinas (vómitos, diarrea, fiebre-sudor, inflamación,...). Solo cura SER; tratar el terreno ayuda también a Ser.

ESTADO DE ÁNIMO

El miedo, el estrés, la tensión, provocan un pH ácido, así como una tendencia a la simpaticotonía (predominio del sistema nervioso vegetativo simpático: contracción-boca seca-adrenalina), que si nos paramos un poco a reflexionar, es lo que nos ofrece el sistema a través de los medios de comunicación (pandemias). Si a esto le añadimos bebidas gaseosas azucaradas (altamente acidificantes y estimulantes), alcohol, café y tabaco (drogas legales) de consumo diario, lo tenemos muy difícil para romper con lo que nos impide Ser. Quizás no se nos enseñe a vivir sanos porque no interesa, hay que vender medicamentos, hay que crear miedo para tenernos controlados y sumisos. No se nos enseña a vivir sanos, pero sí a vivir con miedo. Es un aprendizaje esencial aprender a vivir sin miedo, ser cauto pero sin miedo.

El estado de ánimo es fundamental para sobrevivir. Si estoy o vivo desanimado y vivo con miedo a enfermar, tengo todas las papeletas para caer en la «trampa» y enfermar, lo que va a producir importantes ganancias a los laboratorios de medicamentos. Es curioso, se dice que los virus que están apareciendo en la actualidad vienen de laboratorios, ¿los mismos que crean las vacunas?

Mantener el buen ánimo y no creerse mucho o nada de lo que cuentan en los medios de comunicación, es fundamental para dejar de vivir bajo la presión del miedo, la imposición de vacunas o la pérdida de derechos. Hay que reaccionar desde la esperanza de lo que somos, somos mucho más que un trozo de carne o un número de la S.S. o un N.I.F. o la imagen de lo que vemos reflejada en el espejo. Si creamos lo que creemos, hay que tener mucho cuidado con las creencias, sean impuestas o no.

SUBIR NUESTRAS DEFENSAS

El sistema inmunológico está soportado por la glándula timo, el sistema linfático, el bazo, el hígado y las células blancas sanguíneas. Se ve comprometido por el pH, el exceso de toxemia extracelular, los cambios bruscos de temperatura, así como los cambios de clima estacional (sequedad-frío-viento-calor-humedad) y alteraciones de nuestro estado de ánimo.

Exponemos una lista sencilla de elementos que pueden resultar de ayuda para potenciar nuestra inmunología, esto siempre y cuando no los prohíba la Comunidad Económica Europea, como está haciendo con la Homeopatía y con las Terapias Naturales.

• Oligoelementos. El cobre (Cu) estimula la formación de anticuerpos, necesarios para los padecimientos infecciosos tanto virales como microbianos, actuando también como apoyo a los antioxidantes. Tomar una o dos ampollas sublinguales al día (ayunas y por la tarde).

• Fitoterapia. Hay dos plantas fundamentales para estimular nuestro sistema inmunológico, que actúan como antibióticos, el regaliz y la echinacea. El regaliz estimula la producción de interferón, evitando la supresión inmunológica debido al estrés y a la cortisona. La echinacea es rica en polisacáridos, que actúan apoyando a las células blancas sanguíneas, activando los linfocitos T e incrementando la producción y secreción de interferón, potentes agentes defensivos.

• Complementos. Los extractos de acerola son ricos en vitamina C, que junto con el zinc y un complejo de arabinogalactanos y/o jalea real, ayudarán tanto en el proceso infeccioso como en la prevención de éste, potenciando la capacidad inmunológica para restablecer el equilibrio perdido.

• Sopa de Kuzu/Umeboshi. Ayuda a regular el pH y a potenciar la inmunología.
Ingredientes: 1 cucharada de kuzu, 1 ciruela umeboshi, tamari o shoyu.
Elaboración: Diluir el kuzu en un tazón de agua fría, poner a calentar con la ciruela desmenuzada a fuego lento. Remover hasta antes de que rompa a hervir. Al servir, añadir unas gotas de tamari. Usar en procesos infecciosos de cualquier etiología, caídas inmunológicas,... Máximo 3 días.

• Mamberry. La toma de Mamberry ayuda a regular el pH y a depurar el organismo, la toma de dos sobres diarios recomendados son fundamentales para potenciar nuestra energía y reforzar nuestro sistema inmunológico. Siendo la fusión del extracto de Garcinina Mangostana, un fortísimo antioxidante natural y regenerador celular que lucha contra el envejecimiento; del Licium Barbarum, un alimento celular que las ayuda a combatir su deterioro y mantenerlas sanas; y de la Inulina, una fibra que se ha demostrado científicamente que estimula nuestra defensas, mejora la flora intestinal y regula el transito intestinal favoreciendo la absorción de las propiedades de los alimentos.

ATENCION: Este artículo se plantea como una información. No tome nada sin antes consultar con su terapeuta e informarse en su herbolario o centro de dietética más próximo.

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